que no te duele mi mal?
O no lo sabes, señora,
o eres falsa y desleal
Se reencuentran ellos, que en mi frente
no faltó tu presencia ni un momento,
ni te ausentaste de mi pensamiento
el tiempo de un suspiro solamente.
Sólo ellos se reencuentran, no nosotros,
que nunca nos habíamos perdido...
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno...
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor...
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor...
La vieja calle donde el eco dijo
tuya es su vida, tuyo es su querer,
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver...
Volver...
con la frente marchita,
las nieves del tiempo platearon mi sien...
Sentir...
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir...
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez...
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida...
Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenan mi soñar...
NOSTALGIA
Al fin nos hallaremos. Las temblorosas manos
apretarán, suaves, la dicha conseguida,
por un sendero solo, muy lejos de los vanos
cuidados que ahora inquietan la fe de nuestra vida.
Las ramas de los sauces mojados y amarillos
nos rozarán las frentes. En la arena perlada,
verbenas llenas de agua, de cálices sencillos,
ornarán la indolente paz de nuestra pisada.
Mi brazo rodeará tu mimosa cintura,
tú dejarás caer en mi hombro tu cabeza,
¡y el ideal vendrá entre la tarde pura,
a envolver nuestro amor en su eterna belleza!
J.R. Jimenez
VINO color de día,
vino color de noche,
vino con pies de púrpura
o sangre de topacio,
vino,
estrellado hijo
de la tierra,
vino, liso
como una espada de oro,
suave
como un desordenado terciopelo,
vino encaracolado
y suspendido,
amoroso,
marino,
nunca has cabido en una copa,
en un canto, en un hombre,
coral, gregario eres,
y cuando menos, mutuo.
A veces
te nutres de recuerdos
mortales,
en tu ola
vamos de tumba en tumba,
picapedrero de sepulcro helado,
y lloramos
lágrimas transitorias,
pero
tu hermoso
traje de primavera
es diferente,
el corazón sube a las ramas,
el viento mueve el día,
nada queda
dentro de tu alma inmóvil.
El vino
mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto.
Oh tú, jarra de vino, en el desierto
con la sabrosa que amo,
dijo el viejo poeta.
Que el cántaro de vino
al beso del amor sume su beso.
Amor mio, de pronto
tu cadera
es la curva colmada
de la copa,
tu pecho es el racimo,
la luz del alcohol tu cabellera,
las uvas tus pezones,
tu ombligo sello puro
estampado en tu vientre de vasija,
y tu amor la cascada
de vino inextinguible,
la claridad que cae en mis sentidos,
el esplendor terrestre de la vida.
Pero no sólo amor,
beso quemante
o corazón quemado
eres, vino de vida,
sino
amistad de los seres, transparencia,
coro de disciplina,
abundancia de flores.
Amo sobre una mesa,
cuando se habla,
la luz de una botella
de inteligente vino.
Que lo beban,
que recuerden en cada
gota de oro
o copa de topacio
o cuchara de púrpura
que trabajó el otoño
hasta llenar de vino las vasijas
y aprenda el hombre oscuro,
en el ceremonial de su negocio,
a recordar la tierra y sus deberes,
a propagar el cántico del fruto.
Son las 0,21 horas de un 6 de Octubre que no tiene nada de extraordinario, pero hoy me lo voy a tomar como si lo fuera y como si tuviera algo que celebrar, que no es el caso. Pero me empeñé en disfrutar de unos pequeños placeres, que de vez en cuando sientan muy bien.
Estoy en la terraza, mirando la luna y las estrellas, que se contemplarían mejor sino fuera por la contaminación lumínica de la ciudad. Me he preparado un gin tonic, según la receta de mi amigo Horacio Mangas (copa grande, cáscara de limón y agua caliente durante un par de minutos para que emulsione el limón, retirar el agua caliente, añadir hielo, ginebra y tónica), que escribe una página gastronómica muy interesante los viernes en el correo de Andalucía, a parte de otras revistas y guías gastronómicas (www.sevillaenbocadetodos.blogspot.com). Después de varios años, me estoy fumando una pipa, escuchando música, comiendo chocolate negro,… ¿Qué más se puede pedir?
Realmente con la que se nos viene encima (crisis, hipotecas, subida de precios..) disfrutar de pequeños momentos como este que yo estoy disfrutando es emocionante, magnífico, diría yo.
La vida es un regalo, y hay que aprovechar cada minuto, porque ese minuto solo pasa una vez y no se volverá a repetir, verdad que no, Reina, y al final siempre recordamos estos buenos momentos, muchos de ellos con nostalgia.
Porque si tuviéramos la varita mágica para detener el tiempo, otro gallo cantaría.
Cheia de penas
Cheia de penas me deito
E com mais penas
Com mais penas me levanto
No meu peito
Já me ficou no meu peito
Este jeito
O jeito de querer tanto
Desespero
Tenho por meu desespero
Dentro de mim
Dentro de mim o castigo
Eu não te quero
Eu digo que não te quero
E de noite
De noite sonho contigo
Se considero
Que um dia hei-de morrer
No desespero
Que tenho de te não ver
Estendo o meu xaile
Estendo o meu xaile no chão
estando o meu xaile
E deixo-me adormecer
Se eu soubesse
Se eu soubesse que morrendo
Tu me havias
Tu me havias de chorar
Por uma lágrima
Por uma lágrima tua
Que alegria
Me deixaria matar
Esta letra de una canción de Dulce Pontes, que se titula Lágrima
E