Disfrutar de las bicicletas y del Tour de Francia.
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra,
evónimos y acacias simétricos
dibujan sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando solo,
como un fantasma.
Un millón de besos .... y de bicicletas
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