No salva de las lluvias abundantes el lago del parque, que ha subido su nivel hasta límites desconocidos, los patos se han quedado sin sus nidos, en la isla central, totalmente inundada.
Por encima del agua helada
el patito se resbalaba.
Por encima del agua dura,
el patito de la laguna.
Por encima del agua fría,
el patito silba que silba.
Silba que silba se resbalaba
y en vez de llorar silbaba.
J. A. Valente
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