Cienes y cienes de mosquitos, cuya única ambición en la vida era molestar a los seres humanos, cuando duermen la siesta plácidamente, o cuando van en bicicleta, o simplemente cuando se acercan a la marisma para hacer fotos, acabaron atrapados en esta telaraña.
La propietaria de la tela, se dio un festín y el fotógrafo exclamó: "joderos cabrones....."
1 comentario:
¿Seguro que no eran helicópteros? ¡Gensanta, qué envergadura!
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