El trigal sólo quiere silencio.
Se cuajó con el sol, y suspira
por el amplio elemento en que moran
los ensueños despiertos. El día,
ya maduro de luz y sonido,
por los montes azules declina
¡Parecen las espigas viejos pájaros
que no pueden volar!
Son cabecitas,
que tiene el cerebro de oro puro
y expresiones tranquilas.
(F.G. Lorca: "Espigas")
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