Aquello parecian las colas del pabellón de Canadá en la Expó.
No sé si se debía a que eran sobre las 19,00 h. aprox., o que habían citado a donantes de un determinado grupo sanguíneo, o que las gentes de esta ciudad somos así y hoy decidimos todos ir a donar.

Tal era la cantidad de gente que estuve casi dos horas y los dos enfermeros que daban servicio a los 6 sillones, no daban abasto; estaban desbordados.
Pero estas pequeñas incomodidades de espera son buena señal y esperemos que cunda y que todos los días seamos muchos los que nos acerquemos a dar un poco de sangre, que sólo extraén mediolitro (+ -) al común de los mortales. Luego estamos los de mi pueblo que donamos hasta 3 litros, pero eso son cosas de la genética, de la alimentación y el agua de la "fontiña".

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