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miércoles, 27 de enero de 2021

Por el Barrio de SantaCruz

    Empieza el paseo en la Plaza de los Refinadores, entre los jardines de Murillo y el barrio de SantaCruz, al pie de la estatua del célebre personaje de José Zorrilla, Don Juan Tenorio.  

En esta plaza suelen representar escenas de Don Juan Tenorio a distintas horas del día a finales de octubre



Por la estrecha  calle Mezquita accedemos a la Plaza de Santa Cruz...



... una mediana plaza rectangular ,con señoriales edificios singulares, como el realizado por el arquitecto Juan Talavera y Heredia ( actualmente el consulado de Francia). En otra de las casas de la plaza una gran lápida recuerda donde fueron enterrados los restos de Bartolomé Esteban Murillo..




Esquina con la C/ Nicolás de Antonio, se puede ver un hermoso patio sevillano


Pero si hay algo que sobresale en esta plaza es un pequeño jardín elevado, en el centro, donde se encuentra la Cruz de las Sierpes (La cruz de forja fue realizada Sebastián Conde,  en 1692.  Ubicada originalmente en el cruce de la calle Sierpes con Rioja. El 16 de marzo de 1840 se decidió su desmantelamiento definitivo ante las quejas por el estorbo que ocasionaba a la circulación, se colocara en la Plaza de Santa Cruz, en 1921, con motivo de la remodelación de la plaza de Santa Cruz proyectada por el arquitecto Juan Talavera y Heredia)




Seguimos hacia la Plaza de Alfaro y en una ventana del palacio de Pickman se encuentra la conocida como la reja del diablo, de un intrincado y curioso diseño ( los barrotes se van entretejiendo, alternando machos y hembras y cruzando los cuadrillos, sin observarse soldadura ni otro tipo de fijación)


En el palacio de Pickman, por la C/Lope de Rueda, una portada renacentista del s. XVI. Esta portada procede del Palacio de los Aranda de Úbeda, desde donde fue trasladada, piedra a piedra , en los años 20 del pasado siglo


En la ópera el Barbero de Sevilla (1816), los encuentros de Rosina con su enamorado desde un balcón sevillano, inspiró al propietario de la casa que en 1928 construyó esta balcón. La casa también incorporó una portada de un palacio de Écija del S. XVII

Columna situada en la esquina de la Plaza de Alfaro con la Calle Agua


Seguimos por el Callejón del Agua, con la muralla de los Reales Alcázares a un lado (La calle o Callejón del Agua recibía antiguamente el nombre de “Muro de Agua” ,es lo que se denominaría un adarve, una travesía que discurre junto a la muralla de la ciudad.)


En el nº2 de la calle, una lápida/estatua (realizada por Mariano Benlliure en 1925) recuerda al escritor estadounidense Washington Irving, que vivió  en este edificio mientras escribía "Los cuentos de la Alhambra"


Casi al final de la calle, accedemos a la calle Susona ( conocida como Calle de la Muerte hasta 1845)  y que tiene una curiosa leyenda de amor y traición

 (Cuenta la leyenda que tras un asalto a la judería, los judíos intentaban, mediante un complot, hacerse con el control de la ciudad. Para ello también buscaron el apoyo morisco. El lugar elegido para la reunión fue la casa de Diego Susón, judío converso, cabecilla de la revuelta. Este banquero vivía con su hija Susana Ben Susón, conocida en la ciudad como “la fermosa fembra” por razones obvias. La judía recibía tantos halagos de sus vecinos que le hizo soñar con alcanzar un puesto en la vida social de la ciudad y comenzó a verse con un caballero cristiano perteneciente a una de las más nobles familias de Sevilla. Una noche, mientras esperaba en su casa que todos se acostasen para ir al encuentro de su amante, se enteró de la conspiración que tramaban los suyos con su padre a la cabeza, parte de la cual consistía en asesinar a los principales cargos públicos y caballeros de la ciudad. Temiendo que le pasase algo a su amado, Susona acudió a él para advertirlo del peligro que corría y que así este pudiese ponerse a salvo. No se dio cuenta que con ello ponía en peligro a toda la colonia judía de Sevilla. Su amante informó inmediatamente al asistente de la ciudad, don Diego de Merlo, quien ordenó detener a los cabecillas de la misma. Pocos días después fueron ahorcados en Tablada, donde se ejecutaba a los facinerosos, parricidas y peores criminales, cuyos cadáveres permanecían todo el año colgados, y una vez al año se recogían sus restos y se enterraban en el cementerio de ajusticiados en el Compás del Colegio de San Miguel frente a la Catedral.

La lista de ajusticiados fue la siguiente: Diego Susón; Pedro Fernández de Venedera, mayordomo de la Catedral; Juan Fernández de Albolasya, el Perfumado, letrado y alcalde de Justicia; Manuel Saulí; Bartolomé Torralba, los hermanos Adalde y hasta veinte ricos y poderosos mercaderes, banqueros y escribanos de Sevilla, Carmona y Utrera.

A partir de aquí termina la historia y empieza la leyenda, de la que existen dos versiones. Según una de ellas, al ser repudiada por su pretendiente y por los judíos, como causante de la muerte de su propia gente, y tras caer en la cuenta de su grave error, la Susona, desesperada, busca ayuda en la Catedral, donde el arcipreste Reginaldo de Toledo, obispo de Tiberíades, la bautiza y le da la absolución, aconsejándole que se retirase a hacer penitencia a un convento, como así lo hizo y permaneció allí varios años hasta tranquilizar su espíritu. Más tarde, volvió a su casa donde en lo sucesivo llevó una vida cristiana y ejemplar. La otra versión es diametralmente opuesta: fruto de sus amores con un obispo tuvo dos hijos y, tras ser abandonada por éste, se hizo amante de un comerciante de la ciudad.A la muerte de la Susona y tras abrir su testamento, se encontró en él escrito: 

“Y para que sirva de ejemplo a los jóvenes en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa, y quede allí para siempre jamás”.)


Por la calle de la Muerte, salimos a la Plaza de Doña Elvira



Seguimos por la calle Vida...


... Judería






... y cuando está terminando el pasadizo de la Judería, a punto de entrar en el patio de Banderas, ahí aparece majestuoso el alminar de la antigua mezquita de la ciudad de Sevilla, la Giralda


Saliendo del patio de Banderas a la derecha en la Calle Joaquin Romero Murube, la primitiva puerta, de herradura,  del Alcázar de Sevilla, descubierta en unas obras en el año 1999 y que está considerada como la entrada original del Alcázar.


Plaza de la Alianza


Callejeando por Rodrigo Caro, Pasaje de Andreu, Ximenez de Enciso llegamos a un callejón, Don Carlos Alonso Chaparro, se encuentra una plaza de las mas secretas y desconocidas La Plaza de la Escuela de Cristo


Naranjos, limoneros, macetas con flores, paredes encaladas, un curioso mosaico alusivo a la natividad de Cristo


...retablos cerámicos, una cruz de forja sobre una columna de mármol 
Creada en 1793 la Escuela de Cristo de la Natividad, es la única que queda de las tres que existieron en Sevilla (abre los domingos y festivos a las 11,00)


Por una puerta se accede al interior de la Iglesia de Santa Cruz




Saliendo por Mateos Gago, hacia la plaza del Triunfo, y haciendo esquina con Mesón del Moro se encuentra un curioso edificio regionalista de 1917, del arquitecto Aníbal González ( es conocida como la casa de las conchas, por su similitud con la Casa de las Conchas de Salamanca)








En la esquina de la plaza del Triunfo, se accede por un callejón a la trapezoidal plaza de Santa Marta. Otro oasis de tranquilidad en medio del bullicio de la zona, porque tampoco es muy conocida y visitada.
Justo entrando, se pueden ver los restos de la antigua mezquita de los Osos ( ventana de arco polilobulado)


En el centro de la plaza un crucero escoltado por naranjos ( se cree que son los naranjos mas altos de la ciudad de Sevilla) y un clavario renacentista que por un lado muestra un crucificado y por el otro una piedad ( el calvario fue diseñado  por Hernán Ruiz constructor del campanario de la Giralda y esculpido por Diego de Alcaraz en el S. XVI




La leyenda sitúa  entre los muros de esta plaza, el rapto de doña Inés por don Juan Tenorio


 

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