Setas

Cuando uno habla de setas, inmediatamente uno piensa en gurumelos, boletus, champiñones..., pero los sevillanos (y con este título me refiero a todos los que vivimos, sufrimos y pagamos impuestos en esta ciudad), cadda vez que oimos la palabra setas, se nos descompone el cuerpo, porque inmediatamente pensamos en ese bodrio inútil que el ex-alcalde plantó en la plaza de la Encarnación para su ego y su gloria.


En una entrevista, poco antes de su marcha, dijo que sería recordado como el alcalde de las setas, y creo que cada vez que pasemos por debajo, al lado o alrededor, nos acordaremos del ex-alcalde, y probablemente de algún miembro de su familia.


Y como no podía ser de otra manera, ya están con las reparaciones, porque poner aquí en Sevilla unas maderas, en un altar como este, tiene guasa. Y veremos lo que dura.
Por desgracia no va ser como el del chiste: "Lo que dura dura".


Y esta es la otra cara de las setas. La cara que no se ve, pero que se intuye. Su sombra reflejada en el asfalto

Negra Sombra

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro

"No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor".